El proceso fue un viaje de transformación cultural para el equipo de Innovación. A través de dinámicas de Futures Thinking, no nos limitamos a recopilar tendencias, sino que trabajamos en detectar lo no evidente. ¿Qué estábamos ignorando? ¿Qué nuevos competidores o hábitos de consumo se escapan del radar habitual?
Creamos un espacio seguro para la divergencia, donde el equipo aprendió a conectar planos aparentemente aislados: el contexto exterior con su modelo de negocio, y los hábitos sociales con las barreras tecnológicas.
El resultado fue un marco compartido para decidir: lenguaje común sobre el futuro del packaging sostenible, un radar vivo de señales, escenarios de referencia y una primera cartera de líneas con sentido estratégico. En síntesis, pasamos de información dispersa a dirección clara para innovar con propósito y acelerar lo que aporta valor al cliente y al planeta.