Nuevo impulso a la transferencia: el MICIU concede 30 millones en Pruebas de Concepto para transformar ciencia en innovación

El Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades ha puesto en marcha una de las mayores apuestas recientes por la transferencia de conocimiento en España: cerca de 30 millones de euros para financiar 213 Proyectos de Prueba de Concepto. La iniciativa busca lo que el sistema de I+D lleva años reclamando: acortar la distancia entre los resultados científicos y las soluciones que llegan al mercado y a la sociedad.

La ciencia española avanza hacia la aplicación real

Los proyectos seleccionados permitirán a grupos de investigación explorar la viabilidad técnica, comercial o industrial de resultados científicos que ya han demostrado valor en el laboratorio. Con esta convocatoria, el MICIU y la AEI refuerzan su estrategia para convertir más conocimiento en impacto y acelerar la llegada de innovaciones al tejido productivo.

Los ámbitos de aplicación son amplios: salud, energía, materiales avanzados, digitalización, biotecnología, sostenibilidad y otras áreas donde España cuenta con capacidades científicas fuertes pero con brechas históricas en transferencia.

Una inversión pensada para reducir la distancia entre ciencia y mercado

La convocatoria responde a una necesidad crítica: muchos avances científicos no llegan a convertirse en productos, servicios o tecnologías debido a la falta de financiación en etapas tempranas. Las Pruebas de Concepto cubren justamente ese hueco, permitiendo:

Este tipo de inversión es clave para evitar que tecnologías prometedoras se queden «atascadas» antes de ser transferidas a empresas o convertirse en base de nuevos proyectos emprendedores.

Transferencia como prioridad estratégica

La AEI destaca que estos proyectos buscan reforzar la conexión entre ciencia, industria y sociedad, alineándose con las políticas europeas que exigen mayor retorno social y económico de la investigación pública.

La medida también encaja con una tendencia clara: España quiere posicionarse como país capaz de transformar investigación en innovación aplicada, fortaleciendo su soberanía tecnológica y la competitividad de su tejido empresarial.

Qué significa este movimiento para el ecosistema

Para universidades, centros de investigación y OTRIs, esta convocatoria supone:

  • más recursos para validar tecnologías con potencial real
  • mejores condiciones para licenciar resultados a empresas
  • una vía para crear spin-offs más sólidas
  • incentivos para trabajar con criterios de mercado desde etapas tempranas

Para empresas y administraciones, significa una oportunidad clara de identificar tecnologías emergentes y colaborar con equipos científicos con mayor madurez tecnológica.

Este impulso económico no solo financia proyectos: acorta la distancia entre el laboratorio y la sociedad.
La transferencia deja de ser un “eterno pendiente” y se convierte en un vector estratégico del país.

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