Este mes os traemos una entrevista con Ana Castro, vicepresidenta de innovación y transferencia del CSIC, para conocer las principales iniciativas del CSIC en materia de innovación, su visión sobre la creación de EBTs y cómo lograr colocar a España a la cabeza del emprendimiento tecnológico.
Desde que llegó al cargo, nos gustaría conocer ¿Cuál ha sido el objetivo que como vicepresidenta tenía en relación con la transferencia desde la creación de Empresas de Base Tecnológica (EBT)?
Para comenzar a responder a esta pregunta, es importante resaltar el papel destacado que desempeña el CSIC en el ámbito de la gestión del conocimiento, y su compromiso con la transferencia y la valorización del mismo como uno de los ejes de actuación centrales dentro de la estrategia del Consejo.
Partiendo de esta premisa, uno de los objetivos que me gustaría destacar son las actuaciones dirigidas a fomentar la cultura del emprendimiento dentro del CSIC. Promover este cambio cultural es la base que despierta la implicación del personal de la Institución con la transferencia. Pese a que este es uno de los objetivos principales, soy consciente de lo difícil que es conseguir este tipo de cambios. Por eso, este reto debe ir acompañado de iniciativas que ayuden a eliminar barreras para el emprendimiento, que a largo plazo permitan generar un mayor compromiso de todos con la transferencia.
¿Podría compartir algunas de las iniciativas que se han implementado desde el CSIC para promover e impulsar la transferencia de conocimiento?
El CSIC lleva varios años impulsando diferentes iniciativas encaminadas a apoyar el emprendimiento en el CSIC, así como a potenciar la colaboración público-privada, como son los programas Dinamiza o Impryme. Más recientemente, ha puesto en marcha estrategias más intensivas como ha sido el programa EBTON, el Hackathon del CSIC que persigue identificar soluciones científicas que puedan transformarse en futuras ideas de negocio, y en el que durante dos días nuestros investigadores reciben formación y asesoramiento para orientar sus proyectos de investigación hacia la demanda del mercado.
Sin embargo, este último año hemos diseñado y puesto en marcha un proyecto más ambicioso y transversal, el Hub de innovación CONVERGE, una iniciativa que busca facilitar la transferencia y generar vínculos de confianza entre el CSIC y los diferentes agentes del ecosistema de innovación, con acciones y programas que, por ejemplo, fomenten la colaboración con empresas, colaboración con Administraciones Públicas y o la generación de nuevos modelos de negocio emprendedores.
Desde su perspectiva, ¿considera que impulsar la creación de EBT es una de las estrategias más efectivas para facilitar la transferencia de conocimiento?
Es compartido por todos que la creación de EBT no es la única estrategia de transferencia de conocimiento. Hay diferentes fórmulas habituales de transferencia, los contratos de I+D, como método más asentado de colaboración público privado, o las licencias de propiedad industrial, que regula el compromiso de las empresas con el desarrollo de las tecnologías y que lleva implícito, además, un esfuerzo de colaboración conjunto, en muchos casos, entre las empresas y los grupos de investigación.
Por supuesto, la creación de EBT es un instrumento de transferencia fundamental y juega un papel determinante como parte esencial dentro de la cadena de valor que va desde la idea al mercado. Siendo una herramienta más, debería ”normalizarse” su papel dentro de nuestra institución, puesto que es un instrumento que ayuda a madurar las tecnologías, permite que los proyectos crezcan y genera un entorno que da seguridad al ecosistema, tanto a los investigadores como a los inversores y empresas. Además, de generar un tejido empresarial más innovador y de calidad.
A pesar de ello, y de que nuestro personal investigador cuenta con una alta capacitación y dinamismo, el perfil de investigador-emprendedor no es mayoritario, condicionando en muchos casos que se generalice este método de transferencia. Nuestro reto es ofrecer instrumentos, asesoramiento y acompañamiento para facilitar esta transición.
¿Qué características específicas consideras que tienen los proyectos que quieren transformarse en un negocio y que provienen de resultados de investigación?
Lo primero que debemos remarcar es que los modelos de negocio que provienen de resultados de investigación generan empresas disruptivas, y esta disrupción está respaldada por una base científica sólida.
En el mercado existen muchas tipologías de empresas, pero las EBT presentan una calidad excelente puesto que su disrupción está respaldada por una base científica sólida que permite generar un valor diferencial adicional.
Otra característica que es importante remarcar, es que las EBT presentan un Time to market más largo que otras empresas o startup, puesto que, para validar su viabilidad de innovación y modelos de negocio, suelen requerir de mayores recursos económicos y de personas que permitan su desarrollo y suelen necesitar adaptarse a las características y tiempos que la regulatoria les impone.
Nos gustaría conocer su opinión sobre lo que el entorno institucional y el mercado necesitan para poder agilizar y potenciar el proceso de transferencia.
El CSIC es un facilitador del camino inicial y acompaña a los investigadores en la fase de creación de sus modelos de negocio, sin embargo, tenemos que ser conscientes de que para potenciar la fase de crecimiento y consolidación deben ser otros actores del ecosistema quienes tomen el relevo.
Por eso, es importante generar un ecosistema rico y colaborativo, en el que diferentes tipos de agentes, administraciones públicas, inversores, venture builders, incubadoras o empresas, puedan contribuir en el impulso de las EBT en todas sus fases y puedan proporcionar acompañamiento al equipo hasta la consolidación de sus negocios.
¿Cuáles son los desafíos que crees que la institución debe seguir respaldando para facilitar la transferencia?
Tenemos grandes desafíos por delante, pero me gustaría centrarlo en dos aspectos concretos: ser una institución con capacidad de adaptarnos a los cambios, de estar atentos a lo que la sociedad nos demanda y ser capaces de dar respuesta, y derivado de esta condición, ser capaces de proporcionar los medios para potenciar la colaboración como instrumento esencial para facilitar la transferencia.