En un momento en que la inversión en startups europeas ha caído más de un 30 % respecto a 2024 y los ecosistemas nacionales muestran señales de fragmentación, se subraya la necesidad de una respuesta política coordinada a escala continental.
Entre las recomendaciones clave del informe destacan:
- Simplificar el acceso a la financiación pública: los programas de ayudas y subvenciones son esenciales para startups en fase temprana, pero su tramitación sigue siendo compleja y lenta. El modelo de Startup SG (Singapur) se cita como ejemplo de simplificación y eficiencia administrativa.
- Reformar los créditos fiscales de I+D: los incentivos deben ser más directos, transparentes y accesibles sin intermediarios costosos. Se propone aumentar la inversión total en I+D en Europa —actualmente un 2,22 % del PIB, frente al 3,59 % en EE. UU.— y reinvertir las devoluciones fiscales en desarrollo de producto.
- Extender y comunicar mejor los esquemas fiscales para business angels: programas como el EIS y SEIS del Reino Unido, el INVEST alemán o el JEI francés han demostrado éxito, pero siguen infrautilizados. Una mayor difusión podría ampliar la base inversora y fortalecer la financiación inicial.
- Aplicar alivios fiscales específicos para startups: muchas jóvenes empresas sufren tensiones de liquidez por la lentitud de los incentivos existentes. Las políticas deben ofrecer exenciones temporales o diferimientos fiscales que alivien el flujo de caja en sus primeros años de vida.
Conclusión de ¿Por qué no?:
El crecimiento del ecosistema europeo de startups depende de que los gobiernos adopten políticas fiscales y de financiación más inteligentes, coordinadas y centradas en la agilidad. Reducir fricciones y acelerar la ejecución será clave para transformar la innovación en competitividad real.
Además de los ajustes fiscales y regulatorios, el futuro del emprendimiento europeo dependerá de su capacidad para atraer talento internacional, armonizar normativas y consolidar un verdadero mercado único de la innovación.